¿Si la elección de pareja es tan racional y calculada como lo proponen las distintas teorías, por qué entonces existen tantas parejas que deciden terminar su relación, o por qué hay tantas infidelidades (de ambas partes)?

La verdad es que la racionalidad existe a un nivel no muy consciente por lo que no somos muy capaces de explicar objetivamente porqué nos enamoramos de nuestra pareja. Hagan la prueba, traten de decir sin pensar porqué están enamoradas de la pareja actual. La idea de no pensar es para demostrar qué tan consciente están de las razones esgrimidas por el cerebro. La verdad es que de buenas a primeras es difícil hacerlo, debemos pensar unos cuantos segundos, tal vez, un par de minutos para dar las explicaciones pertinentes.

El problema es que a pesar de haber elegido un compañero lo suficientemente bueno y creer que reúne las características ideales existen un sinnúmero de situaciones que son fuente de conflicto y que ponen a prueba el amor. Se debe tener en claro que en cualquier relación humana, sea de pareja o no, el conflicto es algo que siempre está latente. Cada uno de nosotros es diferente y único y tenemos ideas propias de cómo debieran ser las cosas además de una percepción personal de ellas, por lo tanto las posibilidades de que se presente una diferencia de opinión, de forma de ver la vida son muchísimas. Por lo tanto, se debe tener siempre presente, casi como regla de vida, que en toda relación humana existe el potencial de que surja un conflicto y cuando la relación es de pareja donde la intimidad es mayor, este potencial es también mayor. Lo mejor es asumir esta realidad, no asustarse porque aparece y esforzarse al máximo para enfrentarla y solucionarla con calma, objetividad y ganas a través de la empatía y el cariño.

Las causas más comunes de conflicto en una pareja son las siguientes: aspectos económicos, los hijos, los parientes, diferencias de valores y religiosas, tareas en el hogar, amigos y aspectos sexuales. ¿Tanto!?, y eso que son sólo las más comunes. A todo esto debiéramos agregar las dificultades propias de la comunicación que sólo profundizan los problemas. Acuérdense de cómo llevar una conversación con la pareja.

Los problemas o diferencias deben ser vistos como una oportunidad para crecer en la relación, para conocerse mejor y como una oportunidad de desarrollarse emocionalmente. Toda situación difícil debe enfrentarse constructivamente, nunca descalificar ni ridiculizar la posición del otro. Cuando hay amor y voluntad las dificultades se solucionan.