Se acerca fin de año y probablemente ya se los dije pero no puedo evitarlo. A medida que terminan las clases de los niños y se nos viene la navidad surgen algunas situaciones, que por lo menos a mi me ponen muy mal genio y llego a mi casa casi hecha un demonio.
Por trabajo y labores propias de la crianza me toca andar bastante en auto y si antes el tráfico en las calles era desagradable, hoy en día simplemente no se puede circular. Pareciera que la cantidad de autos se triplicó y eso trae aparejado los consabidos bocinazos, los insultos, los topones, los tacos interminables. Para animar la cosa, el MOP considera que esta es la mejor fecha para hacer los trabajos de reparación de calzadas y veredas dejando inutilizadas 1 o más pistas de alguna calle o avenida. La gente anda particularmente estresada, fue un año difícil, con incertidumbres económicas por la crisis en Europa particularmente, con desafíos a la paciencia de la ciudadanía por parte de las innumerables manifestaciones, etc. ¿Pero debemos dejarnos llevar por estas cosas externas a nosotras y responder con más estrés y más mal genio?
Por mi parte llegué al tope de lo tolerable, entonces tengo 2 opciones: o me pongo a pelear con todo el mundo, gritando y echando el auto encima, o como dice una amiga, me “tomo un Armonyl” y me relajo. Y eso que aún no pienso en los regalos de Navidad.
Decidí que yo puedo hacer algo distinto este fin de año y empecé con algunas cosas que otros años postergo. Decoré mi casa a mediados de noviembre, el arbolito está listo y las luces funcionando. Acepté solo una actividad de fin de año escolar y ninguna actividad social relativa al amigo secreto o parecida con los colegas. Esto quita mucho tiempo, muchas veces son después del horario de oficina y la verdad, ya no tengo ánimo ni energía. Los regalos para los niños de mi familia (solo le regalo a los niños) los estoy pensando puesto que opté por no salir a vitrinear sino que decidir antes qué les compraré y luego ir con la idea lista. Obvio que llevaré una alternativa por si no encuentro la primera opción. El menú de fin de año lo delegué en mi nana y los invitados ya están avisados. En relación a los tacos evitaré las calles principales, pondré la música fuerte para no escuchar los bocinazos, en la medida de lo posible saldré con más antelación y sobre todo haré un esfuerzo por salir lo menos posible.
El tomarse un Armonyl no es literal, aunque también podría, pero quiere decir que hagamos algo distinto a lo que solemos hacer, que dado que la solución empleada siempre no está dando tan buenos resultados entonces hay que buscar una distinta, algo nuevo que nos permita hacer las cosas más fáciles.
Nosotras debemos ser la sonrisa en nuestros hogares, somos el ejemplo de nuestros hijos y por ellos tenemos que llegar a fin de año sin que se nos note el cansancio. Muchas veces somos el sostén emocional de nuestros maridos así que no tenemos muchas oportunidades para hacer una pataleta o para declararnos en quiebra energética. Por esto último, seguí a mi marido que pasó el año completo con masajes de relajación y me compré en Groupon unos masajes exquisitos junto con reflexología.
Ahora les pregunto, ¿qué van hacer ustedes para enfrentar el ajetreo de fin de año? Cuéntenme, pueden tener ideas mucho mejores que las mías.